Una máquina segadora
tiene en la boca un molinete que, a la vez que rota, inclina la
espiga, y así, una cuchilla a
continuación siega fácilmente. La masa de paja cortada llega al
interior de la máquina segadora,
donde le esperan unos cilindros desgranadores. Una criba filtra el
grano, y unos ventiladores
expulsan al viento la paja, que es voladora.
Todo de forma seguida y
en campos donde parece que el sol se echara una siesta.
Antes era otra cosa;
todo esto me lo cuenta mi padre. - Decían que la mano izquierda
corta tanto como la derecha. Se
agarra un arco lleno de mies, la hoz siega, y se forma un haz usando
como cuerda una espiga más.
Y en un terreno llano, redondo y empedrado, se pasaba un trillo que trilloteaba el trigo
para desgranar los haces esparcidos. El mulo moverá el trillo si tu
le arreas, claro y, después de
dar muchas vueltas en círculos, cansados, algunos se subían en él;
pobre mulo. Y mi padre
termina. - Si el aire era flojito y continuo, se decía que hacía
una marea buena para aventar, y
entonces, a una pala de tabla le toca lanzar hacia arriba toda la
paja que recoja, y el grano caerá, y la
paja, es voladora.
Quizás, por cosas como
ésta que nos cuentan, ahora, antes de hacer algo a mano se piensa en una máquina, que lo
hace más rápido y mejor. Y hasta hace poco algunos decían: - Y si se rompe se
compra otro y punto. Además, cuesta más repararlo que comprar uno nuevo.
Sólo
hacer una pirámide recortable y pegarla para imaginar el
antiguo Egipto, tiene lo suyo.Y es que
ahora pensamos que trabajar por trabajar, hacer
algo rudimentario, cosas como
explicar otra vez lo mismo, empezar otra vez de nuevo . . . cansa.
Si no hacía falta . .
.
Y aún con más
comodidades que antes a veces se escucha:
- Llevo levantado desde
las seis de la mañana... ni siquiera tuve tiempo de desayunar... Hoy tuve una regañeta
por nada... en el trabajo, en el trabajo, en el trabajo.
Sí, sí, sí. Ya. Pero
muchos alomejor piensan «ojalá
tuviera uno, digno, pero de una jornada cualquiera, al menos los fines de semana».
Y
yo, después de estudiar y sin haber trabajado aún me llegaré
a preguntar: ¿Pero cómo? ¿Cómo es el trabajo? ¿Pero
dónde? ¿Dónde es?
Y es que, en realidad,
los que tienen trabajo
saborean las quejas. Se
sienten valorados. Necesarios.
Se
sienten protagonistas y sin duda lucharían por no perderlo.
¿Y a quién le gusta sentirse
desplazado e inútil sin voz en la fiesta?
Parece que tener un trabajo se está convirtiendo en un privilegio.
Se está acabando, o las máquinas segadoras ya sustituyen a todas las manos segadoras. ¿Tan
trabajoso era el trabajo de antes?. Sin embargo, cualquier joven como yo se diría ¿Acaso
no hay ahora mucha más variedad en los puestos laborales? ¿No existe ahora una población
mucho mayor con sus sus necesidades corrientes?
Escribo esto tras
estudiar Formación Profesional y tratar de terminar ahora la carrera
de Ingeniería
Técnica.
Siempre he sido algo creativo y he tratado de prepararme,
y como todos, supongo, pensaba en hacer algo en la vida:
tener veinticinco años y comprar el pan para que comamos un guiso de mi
madre y yo me siente bien al
ver a
mi familia comerse ese
pan. Pero mis esperanzas se
desvanecen al escuchar que ya
no hay, que no
hay, vamos. trabajo. Se ha ido. Será tonto,
ahora que iba a poner en práctica la tanta tonta teoría que tenía
en la cabeza.
Dicen que en las
crisis, en las batallas de la búsquerda, es donde más se halla, en
las dificultades se ingenia y se crea.
El trabajo se va como la paja que vuela, y cae al suelo la conciencia desgranada, para que
piense lo que piense, piense. Hay que rehacerse. Y si le digo a mi
padre que tenía que haber vivido
el tiempo de la hoz, me dirá
que mi tiempo es el mejor tiempo, y el de ahora, en el que
coincidimos, el
mejor de todos los tiempos. - Puedes irte a
Alemania, allí demandan muchos ingenieros. Pues sí, pues sí, ¡qué
le vamos a hacer!
Entonces... a Alemania,
no.
Y pienso: «Mi
trabajo me hace libre. Con él, soy independiente, esto es, no
dependo, no pendo de un hilo rogando,
acatando y sometiéndome. Pero además, mi trabajo, se lo debo en
parte al país que me
instruyó, mi país».
Voy a trabajar una
larga jornada, desde temprano, y acabaré cansado y saborearé quejas
por mi esfuerzo. Mi general
Septiembre, quiero un estandarte de razón en la Huelga General, le he escrito una canción
a España, y quiero un estandarte de paz en la Huelga General, mi General Septiembre.
Viejos
Pueblos
Que labramos familias
Hechas de amor
Fuerza
Y valor
Sembremos trabajo
Esperanza
Y paz
El fuego del hogar
Será luz
Y libertad
Viva
España
Que alza en la montaña
Un corazón
Pobre
Y creador
Sembremos trabajo
Esperanza
Y paz
El fuego del hogar
Será luz
Y libertad